jueves, 18 de noviembre de 2010

¿De qué se trata el Arte después de todo?


En esas tantas discusiones etílicas que uno suele tener pero que no se recuerda con quién, rescaté que toda forma, manera, y modo de creación, llevada a cabo de forma, manera y modo más sofisticado (la práctica que le dicen) que tan solo llegar y hacerlo de una vez, es una Expresión Artística. Ni más ni menos. O sea que si usted tiene una singular forma de atarse los zapatos, una no rutinaria manera de preparar la mesa para almorzar, y un modo muy elaborado de ponerle mermelada al pan, estamos frente a su propia Expresión Artística. La práctica hace al maestro.
Los japoneses, por nombrar gente que se me viene a la mente, son especialistas en ello. Su ritualizada manera de hacer las cosas en todo orden de cosas, les merece ser llamados Artistas. Se lo pasan creando nuevas formas de hacer lo mismo, solo que con una compulsión por lo eficaz y lo eficiente en todo momento. Nunca la abandonarán. A tal punto su onda por crear los ha llevado a ser así: sofisticadamente artistas. Ojo con los japoneses, viven hace rato en el mundo del mañana.
Por mi parte, ninguna explicación acerca de lo que es Arte, me ha satisfecho, como lo que ya expliqué. Porque me es completamente congruente. Porque he hecho las cosas en mi vida de tal forma, que esa explicación encaja a la perfección con mi percepción de lo que es una Expresión Artística. Ahora, mi onda artística, es definitivamente de corte e inspiración estética. Pero no me visto raro, ni soy tolerante con mucho de lo que me rodea. Todo lo contrario: casi todo mi entorno me da entre escalofríos y arcadas infinitas. Hay días en que yo misma me doy escalofríos. Arcadas, todavía no.

El caso es que tiendo al eclecticismo, y por tanto eso explica que sea tan disipada (expansionista suena más lindo) para ver el mundo, olerlo, saborearlo, oírlo, y observarlo. Y digerirlo, y mascullarlo más tarde. Y nada me importa realmente. Y sin embargo está esta sensibilidad que me tiene tan borderline para sentir. El corazón dirá alguno. Las tripas digo yo. El Hipocampo, dirá un siquiatra.
La Expresión Artística más cambiante en uno mismo, y a la vez el motor de búsqueda de cada quién, es nuestra Propia Mente. Ésta, que nos mantiene con los pies en la tierra, y la cabeza en las estrellas.

Y pensar que al final de todo, somos tan solo un amasijo de carne y huesos y sangre (mucha), y cuando morimos, ¡se acabó la Propia Mente!. Se acabó la Expresión Artística, se acabó el crear, se acabó todo en lo que creemos, todo lo que adoramos, añoramos, tenemos, tememos, ¡todito todo!. Vale la vida, mientras seamos seres creadores, no sólo pensantes. O sea, al menos si no lo vamos a expresar fuera de nuestras cabezas, al menos dentro de ellas deberíamos crear. Crear, porque al final, de eso se trata el Arte todo el rato: crear, y crear, y crear. Lo que sea. Bajo la forma, manera, y modo que queramos, para que notemos que estamos vivos.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me gustó mucho tu entrada :D

Antonio dijo...

Gracias no por esta entrada sino en general por escribir,no se si aún sigas con este espacio o cual se la finalidad de que lo hayas hecho(realmente son cosas que no debería saber) pero si llegas a leer esto, gracias me ayudaste, a veces creemos que vemos una manzana porque todo el mundo dijo que era manzana cuando en realidad es una pera y aún así las sorpresas siguen cada día.

Lione Oswal dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.