domingo, 15 de junio de 2008

Rodeados de falsedad donde quiera que vayamos


Falsedad : Diccionario soviético de filosofía

"Enunciación que tergiversa la situación real de las cosas. Gnoseológicamente, ya Aristóteles, definió la falsedad; consideraba falso lo que entra en contradicción con la realidad: si el juicio une lo que en la realidad está desunido o desune lo que está unido realmente, es falso. De la falsedad ha de distinguirse lo que carece de sentido, es decir, lo absurdo. Desde el punto de vista psicológico y ético, hay que diferenciar la falsedad consciente y la no intencionada".

Tremenda novedad. Es algo bien sabido por todos, hasta por los niños, los supuestamente más fáciles de engañar. Desde el chaleco que tengo puesto, que tiene toda la pinta de ser de lana, pero no lo es, porque es de poliamida; hasta el jugo que me estoy tomando, el cual contiene entre otras cosas esencia de manzana, tartrazina, colorante idéntico al natural, pero ojo!, no el malévolo aspartame, saborizante que sí te puede matar.
Pero la química no es la culpable. Tampoco los que manipulan los químicos en los laboratorios en busca de más y nuevas fórmulas para simplificarnos y hacernos más agradable aún la vida. La culpa la tiene usted, y yo, que demandamos estos y otros productos para poder vivir. Porque claro que sí: es casi imposible vivir sin jugo de manzana, salsa de tomates, mayonesa, caldos para la sopa, arroz a la mexicana, pasta de dientes, gel para la ducha, cremas para el cuerpo, mermelada para la once, chocolates para las penas, y tantas otras cosas imprescindibles.
¿Y qué hay cuando uno enciende la tele?. Bueno, ya la televisión fue inventada para contener show tras show de falsedades, imitaciones varias, fantasías de ayer y hoy. Comenzando con la primera tele que se trajo a nuestro país, la cual transmitió la llegada del hombre a la luna. Una luna en la que corría bien fuerte el viento, a juzgar por cómo flameaba esa bandera.
No voy a hablar de películas, que aunque traten temas reales y tangibles, igual son una mentira. Y el mal cine: doble, triple, cuádruple y asquerosa mentira. Y el cine de fantasía, de humor, de suspenso, etc. etc.: mentiras para adornar la vida diaria y dejarte pensando. Y la farándula tras el cine: otro show de variedades de gente linda que sólo se conoce entre sí, y se han fabricado un mundo de mentiras en el cual vivir, y que les resulta porque pueden costeárselo. Y en el que han instituído códigos y reglas consuetudinarias con las cuales manejarse.
Más o menos como en nuestra vida diaria, pero con muchos lujos y excentricidades.
Porque nuestra vida diaria es bastante falsa por lo demás.
Casi nadie, para empezar, se dice la verdad entre sí. Por más que cuando niños nos enseñaban a decir siempre la verdad. ¿Quién de grande, la dice?.
Algunos dirán que no se puede, porque uno puede dañar a los demás con la verdad, porque la otra persona no está preparada mentalmente para asumir que se es perdedor, aburrido, feo y sin gracia, gordo, flacuchento, mediocre, inútil, y todas esas cosas que dolería escuchar si nos las dijeran en nuestra cara.
Pero eso solo pasa porque de niños se nos pide decir siempre la verdad, pero no se nos pide asumirla, hacernos cargo de ella, en la dirección que vaya(si la decimos, o se nos dice).
También se puede decir, que es imprudente, o impertinente andar diciendo la verdad si no se nos ha pedido hacerlo. O.k., yo comulgo con esa afirmación. Puedes pecar de metiche si lo haces, y puedes caer mal después por haberlo hecho. Después, nadie confiará en tí, por inoportuno. Pero, ¿y si a todas luces debes decir la verdad aunque no se te pregunte?.
Creo que no hay que perseguir ser héroes, y tener en cuenta siempre la posibilidad de ser amonestados por hacerlo, pero si un amigo o amiga tuya está haciendo el ridículo, o le queda mal esa prenda que cree que le favorece, o está incurriendo en un error que luego lamentará, o no hay caso con él o ella y la cocina, ¡dícelo por favor!!!!. A lo mejor y se enoja sólo un par de días contigo, después te lo agradecerá, aunque nunca te lo diga.
Ahora que si son asuntos de pareja a los que te quieres referir (específicamente, te enteraste que su pareja lo o la engaña), no te metas, pues puede ser que lejos de retribuirte la información, pierdas una amistad por metiche. ("Yo era tan feliz, hasta que me abriste los ojos acerca de la infidelidad de Marcos José...Preferiría no haberlo sabido nunca, ¡te odio!").
¿Y qué hay de los que viven de apariencias?. ¿Lo hacen por el qué dirán?. ¿Porque no pueden reconocerse como humanos que luchan y viven y que son susceptibles de perder?. ¿Porque es una forma de tener el control sobre sus vidas, y el hecho de aparentar, es una forma de control ( de poder controlar el cómo se llevan a cabo esas apariencias)?.
Yo creo que las personas que viven de las apariencias, lo hacen porque en sus fueros internos, no hay nada que valga la pena como para ocuparles la mente, más que el mundo exteriory sus congéneres. Congéneres tan poco interesantes como los primeros, por lo mismo.
Esa, es otra forma de falsedad deseada.
Claro que hay formas y formas de preocuparse de la opinión de terceros, unas más complejas que otras, tanto así que pueden llegar a enfermarnos seriamente. Como la histeria. La paranoia. O la anorexia y la bulimia. Etc.
Otra forma de falsedad deseada, son los cumplidos. Esas pequeñas falsedades que a todos nos caen bien. A algunos más que a otros. Porque los chupamedias caen mal en todos lados. Pero, a quién no le gusta que le digan "Hola, qué bien te ves hoy", aunque las ojeras estén ya haciendo juego con el collar.
O en la calle "Guau!, pero qué hermosura" (en realidad lo dicen de manera más, popular), y eso que ni te arreglaste como para que te silben. O en la clínica con el amigo o amiga en cama: "Tienes buen aspecto a pesar de la quimioterapia. Para mí que te vas a recuperar pronto". Puede ser que estés condenado a 30 sesiones más de quimio, pero esas palabras, falsas y todo, te suben mucho el ánimo. Por su buena calidad como "mentiritas blancas", los cumplidos caen en una categoría muy especial de falsedad deseada.
Tal como las pieles sintéticas. Se desea que así sean. Desde que el hombre aprendió a usar rudimentos para sacarle el cuero a los animales , las pieles son parte de nuestra humana vida . Pero hoy por hoy, los métodos inhumanos y crueles, no justifican el maltrato a los pobres inocentes, puesto que para empezar, no pueden ni tienen cómo defender sus vidas para que se les pueda sacar la piel. Y para seguir, no contemplan anestesia. ¿Han visto cómo se hace?. Es, traumante. Yo al menos, no quisiera usar nada por lo cual otro haya sufrido atrocidades para que yo lo tenga. Por eso apoyo el uso de las pieles falsas. Y el cuero falso, el marfil falso, y las perlas falsas ( a las pobres ostras, las matan para sacarles la perla, y luego se tiran al mar sin más ni más), y las plumas falsas (un momento, ¿las hay?), y los jabones de grasa vegetal, y todo aquello que salve vidas. Y obviamnente, todos los cosméticos que no fueron probados sobre la piel de algún animalito sacado de su hogar para esos menesteres. Pero con la gelatina, nada qué hacer: se hace de los huesos deshechados en los mataderos, y de nada más. Ah!, y con respecto a la carne que diariamente consumimos...Bueno, trato de ser consecuente, pero nadie puede hacer magia tampoco. Ni los vegans.
Pasando a otro plano, están los comerciales de la tele. Esa, es toda una institución dentro del vasto mundo de la falsedad. Desde lo que se publicita, hasta cómo se publicita. Se venden productos reales, a través de la fantasía, y viceversa. O se usa el absurdo en contraposición con lo que es real, una vieja estrategia de venta. O se apela a la sentimentalidad del espectador, otra estrategia. O te muestran la realida exagerada, una hiper realidad, que presupone tu inmediata confianza en ella, onda "Este, es el verdadero sabor del manjar" (como si los otros supieran a estiércol, o como si éste no tuviese químicos, como recién hecho en el campo); he ahí otra estrategia. O se valen de tu sentido del humor, para sorprenderte y sacarte una carcajada y hacer que compres, o para simplemente hacerte sonreír, y que compres.. Y la típica estrategia del pecado por omisión: te dicen que es lo más barato que hay, y te muestran el precio del producto, sin el iva incluído. Así, cualquiera es más barato. O te dicen que es económico de adquirir, pero no te dicen que aparte debes gastar otro poco más, para adquirir ese otro producto con el cual el publicitado puede recién funcionar. Otros son más sinceros y dicen"las pilas/la batería/el cable, etc., no viene incluído". Onda, la escoba sí, pero la pala para recoger la basura que barras con dicha escoba, es un gasto aparte.
Y la infaltable falsa publicidad (¿y cuál no la es?): dicen que son los precios más baratos del mercado, cuando todo el mundo sabe que no es así. O que te devolverán tu dinero si no quedas contento. Tampoco es así. O, resultados sorprendentes a los 5 días de uso contínuo. Con suerte se ven en la segunda semana. O, llame a nuestras amables operadoras de nuestro "Servicio al Cliente". No son ni amables, ni resulta ser un servicio para el cliente. O, se hará efectivo el cambio del producto si viene dentro de los 10 próximos días hábiles a la realización de su compra. Y si vas, hacen de todo por no hacer efectivo dicho servicio-derecho del consumidor. Si no me crees, prueba a hacerlo y verás. En las multitiendas, suelen ser bastante insufribles en ese sentido.
Ahora, lo falso en cuanto a lo visual. Seguramente muchos estan familirizados con el término
kitsch, como una especie de retorno a lo añejo y pasado de moda, ya sea en indumentaria, y la música que se escucha, principalmente. O sea, todos aquellos que insisten en vestirse a la usanza ochentera, y escuchar toda esa música de lo que yo llamo "la generación perdida" y que en los años noventa fue muy repudiada por ser tan plástica y tan gay en cierto modo, y que creen que con eso se ven muy onderos y a la moda (y muchas veces lo logran), son calificados de kitsch. Y si visten recargadamente, combinando con muy mal gusto los colores, en la más estudiante universitario de carrera humanista (sorry por el descalificativo, pero en esas facultades, es la tónica), y si van a fiestas donde los años ochenta, Zalo Reyes y Yuri son lo que se baila, tanto mejor. Pero yo, tenía entendido que lo kitsch, era otra cosa, parecido un poquitín a lo que acabo de describir. Yo tenía entendido que se trataba de una manifestación artística en cuanto a la decoración, y que dice relación con todo aquello de mal gusto y recargado para decorar el hogar. Como cuando entras a una casa y te encuentras en la mesita de centro con una torre Eiffel de plástico dorado, o una virgencita de Guadalupe o del Carmen según sea el caso en un rincón del living, con un par de diodos dentro de una vela de plástico. O flores de plástico. O manteles de plástico que imitan ser tejidos a crochet. O columnas romanas para revestir vigas interiores. O un jarrón que imite el de alguna dinastía china. O un cuadro pintado que contenga las figuras de los abuelos, los padres, o los hijos. O adornos de plástico en general. O sea, todo falso, y feo más encima. Y que a las madres de clase media de antaño, les parecía, no sé, ¿elegante? de tener. Pero que para algunos artistas visuales, y uno que decorador de interiores, es todo un motivo de estudio e indagación, y se fuman un cuete, o después de un encuentro con el amante con el que viven un "amor incomprendido" (es decir, homosexual), se inspiran para crear más adefesios que adornen un abandonado rincón, pero con una gracia tal, que el adefesio se vuelve arte puro. Ellos, saben cómo hacerlo. Como esas esculturas horrendas de ángeles regordetes, y que una vez pintados de dorado, se ven bien en el recibidor. Estuve averiguando, y encontré que tan perdida no estaba. Tomen nota: la palabra kitsch se origina del término alemán yiddish etwas verkitschen. Define al arte que es considerado como una copia inferior de un estilo existente. También se utiliza el término kitsch en un sentido más libre para referirse a cualquier arte que es pretencioso, pasado de moda o de muy mal gusto. O sea, una falsedad de mal gusto. Y que está de moda para muchos. Y es una falsedad muy aceptada, y muy difundida. Nada que hacer. Como las campañas de la Teletón, ejemplo: ese comercial de hace unos años en la que salía Don Francisco pidiendo plata, aduciendo que no tenía ni uno para cooperar con la causa, y acto seguido, se toma de los bolsillos vacíos del pantalón de su traje Armani. O estos infradotados que se candidatean para alcaldes de tal o cual comuna, y salen en la tele hablando falacias tales como que son gente sencilla, y que saben cómo sufre la gente humilde, y que harán algo al respecto de ser elegidos. Algo que nadie reclama, por más que se sabe que nunca fue ni será así. Como la información nutricional del arroz, que dice que tiene 0% colesterol entre otras cosas. Sí, es verdad, no contiene colesterol, pero no es necesario destacarlo para vender más. Y nadie lo reclama. Porque, aunque hubiese una oficina para acoger ese tipo de reclamos, nadie haría especial caso de ello, porque es parte de las falsedades difundidas y aceptadas por todos. Como los implantes de silicona.
Y qué decir de la música que uno escucha, más bien, el contenido de ella. Más aún si se trata de música romántica. Para mí, la de más mal gusto del planeta. Lo que más he escuchado al respecto, es aquella en castellano, vale decir, predominantemente latina. Puaj y doble puaj. No digo que muchas veces no se basen en hechos de la vida real por parte del creador de la letra. Pero hay que ver que en su mayoría, reflejan un saber popular que en realidad no sabe nada. Inmadurez síquica, reproduciendo más de lo mismo. Y no porque mucha gente que escucha música romántica yo voy a creer que en su mayoría las letras poseen contenido. Mil moscas comiendo mierda, son tan sólo eso: mil moscas comiendo mierda. Y no por ello consideramos entonces que sea buena. Basta con analizar por ejemplo esa imbecilidad que suena en todas partes y que dice "amo lo que amas, y si no te amara, aún así te amaría...." O algo así. A lo mejor el que inventó la letra, nunca mintió. Se inspiró, y sintió que de ser así las cosas, así serían entonces, como él las describe. Lo falso del asunto, es que es un absurdo. Y un absurdo por antonomasia, se contrapone a lo que es verdadero. Por lo tanto, se trata de una falsedad aquella letra, una vez más. Aunque parezca rebuscado. Otro ejemplo, : " Tuve sexo mil veces, pero nunca hice el amor..." Ssaaaaaaa!, miren que mil veces iba a tener sexo, ni en sus sueños. Me doy cuenta, mientras escribo esto, de que en un 90% de los casos, las letras técnicamente no mienten, o sea, figurativamente no. Si las vemos literalmente, entonces sí. Como eso de que "te amaré por siempre", porque nada es para siempre, ni este blog, ni la internet, ni el mundo. Entonces, lo que yo encuentro como falso, es en realidad el absurdo que implican las letras de amor y que hacen que yo no pueda creerles desde antes del principio. Como que no saco nada con referirme a ello, puesto que no hay nada que hacer contra este tipo de absurdo.
Bueno, ya con todo lo que he expuesto, queda sobrentendido, que estamos rodeados de falsedad, y que lo aceptamos como si tal cosa. Como la cirugía estética, la que ya no constituye emotivo de escándalo confesarlo cuando se ha practicado en uno, o en alguien. Es porque a fuerza de convivir con ello día a día, aprendemos a aceptarlo y a dejar de cuestionarlo, y a vivirlo, y a dejarlo ser en su falsedad como si de algo verdadero se tratase. Como las peleas de catch. Esas en que todos sabemos que no es verdad que los contendores se estan sacando la mugre, pero abucheamos con rabia al que está "masacrando" a nuestro favorito, como si de veras lo fuese a matar. Y participamos de la fantasía colectiva, y nos comportamos como si de verdad hubiese sido un duelo de titanes lo que acaba de acontecer. Todos ubican la lucha libre, todos saben a qué me refiero. Okey, hay falsedades ampliamente aceptadas por todo el orbe, como el catch, como las películas, como el teatro, como las novelas, como los libros de literatura, como la moda, como la comida chatarra, como el status, como la política... Como la política. He ahí un problema, porque hay falsedades que no deberían de ser aceptadas, pero es que están tan bien contadas, que es difícil darse cuenta de que nos están mintiendo. Esta todo confabulado de tal forma en una concatenación de sucesos, que, a menos que tú también estés involucrado en tal o cual clase de mentira, nunca sabrás en qué, y en cómo se te miente. Sería muy tedioso para mí seguir refiéndome a este apartado de mi perorata. Baste con decir, que para ser buen político, hay que tener memoria de elefante, para no confundirse con cada mentira que se diga.
Ah...Pero hay mentiras agradables, aunque a veces cuesta trabajo darse cuenta de que de ellas se trata. Me refiero a los sueños. Claro, una vez que despiertas te das cuenta de que no era cierto. No era cierto que pilotabas una nave espacial, o que de veras hay castillos bajo el mar. Pero son de las falsedades más deseables de vivir, puesto que trasgreden la realidad, en una realidad en donde lo que no se puede, se puede, y con creces. Los niños tienen esa facultad intacta, puesto que tardan en entender que hay cosas que en este mundo son irrealizables. Y sin embargo, comienzan de a poco a convivir con un montón de falsedades que pronto se convierten en su realidad. Nuestra realidad. Y tendemos a tenerles ternura, por el modo en que se tragan todos los cuentos que se cuentan. Sin embargo, jamás sentiríamos ternura por nuestro mundo repleto de falsedades.

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