domingo, 27 de marzo de 2011

La Mera Verdad



Ya, es tanta mi obsesión por entender la verdad última de las cosas, que esta obsesión me tiene medio mareada ya, como el dinero a los millonarios, la fama a las estrellas de rock, el poder para los que nunca lo han tenido. Todavía no se me suben los humos a la cabeza eso sí con el asunto. ¿Cómo se le suben a uno los humos con esto de querer saber la verdad en todo caso?, ¿haciéndose el sabihondo cada vez que estás rodeado de más gente "inculta"?. En fin.

Estoy tan mareada con tanta información, que también estoy confundida con todo lo que sé: ya no me parece que sea cierto todo lo que sé, es más, me pregunto porqué debería serlo. Por una parte, yo no sé si la verdad, es la que yo percibo que es, o es la que verdaderamente es y que yo nunca llegaré a conocer. Puede ser que sean ambas, ¿cómo saber cuál es la verdad con la verdad?.
Pero ahí porfiadamente, sigo sacando conclusiones, y tratando de establecer parámetros de acuerdo a mis conocimientos, para que dentro de mi propia oscuridad la verdad trate de hacerme un cambio de luces para más o menos captar hacia dónde encaminarme en mis conclusiones.
Y he aquí la confusión: ¿cómo saber si el destello de la verdad era un cambio de luces dirigido a mí, o era el reflejo de esas luces rebotando frente a mí, pero proviniente de quizás dónde, y hacia quizás dónde pero no a mí?.
¿Cómo saber cuál es la verdadera luz de la verdad, para reconocerla cuando te haga un guiño?.
¿Confiando en la intuición acaso, en "aquello" que dentro de uno "sabe" que las cosas son , lo que son?. Podríamos decir entonces que el instinto sería una especie de imán dentro de una brújula al interior nuestro, que apunta al polo norte magnético de la verdad. No habría por dónde perderse.
Pero, ¿y que tal si me engañan los sentidos, y mi intuición es errónea, porque está alimentada de datos falsos acerca de lo que percibo?. Guau!, ¿cómo debería calibrarse entonces el instinto para que nunca se equivoque cuando esté frente a la verdad, o frente a una ilusión?... Esta obsesión por la verdadera verdad tiene que parar, o me voy a volver una verdadera paranoica que no confía en nada ni en nadie.

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