viernes, 7 de mayo de 2010

¡Uf!


Estoy enojada conmigo misma, para variar una vez más. He sido increíblemente necia y fatua, que me asqueo sobremanera de mí. Y no tanto por vergüenza ajena, porque la gente con la cual fui una cretina, poco y nada se acuerda, o anda acordando de mí. Y si esa gente lo hiciera, bueno, ya es asunto suyo, no es asunto mío ya.
No es vergüenza ajena, es vergüenza mía acerca de mí. El "Yo" amonestando al "Súper Yo" por no haber enviado algunas de sus Resistencias tiempo. Y más aún: ¡por haber aprobado que tal comportamiento estaba permitido!, pasándose por el trasero la experiencia del "Ello" en todas las materias pasadas.
Me he permitido ser una pelmaza de tomo y lomo, una imbécil con licencia para criticar a destajo, y me he tardado en aprender de ello lo peor de todo. He dañado a personas, se lo merecieran o no, por puro egoísmo. Por hedonismo puro de inmaduro crónico. Digno de un infradotado.

No le he ganado a nadie, y he andado por la vida pavoneándome de cosas que, ahora claramente veo, nunca tuve. Que ahora tengo pero que en ese entonces no. Y lo que sí tenía, lo desperdicié, o no le supe sacar más provecho y transformarlo en una instancia personal de satisfacción conmigo misma, de satisfacción de necesidades, y/o de desarrollo de algún talento. En vez de ello, me hice más experta aún en ser una mediocre más del montón pululante. He sido tan ciega, tan sorda, tan tonta. ¡Uf!: qué bueno que ya no es así. ¿O sí?.
El cuadro que puse en este post, se llama "La necedad Juvenil" de Iván Bolancer, es del 2010, y he aquí su página por si acaso: www.ivanbolancer.com

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