jueves, 10 de noviembre de 2011

La Cura contra el Optimismo


Se viene un nuevo mundo. No se va a acabar ni nada. La cosa sigue. Y se viene extraño este nuevo mundo, y lleno de mística. Reniego de ello. Creo que se están aprovechando del pánico colectivo. Creo que no hay necesidad de budismo zen y prana yoga. Creo que este mundo necesita de gente más madura para sus asuntos, que se respete a sí misma, para que haya respeto entre todos. Creo que eso nos podría hacer mejor. El hambre mundial no se acabará rezando, si no que compartiendo. No digo que rezar no sirva, pero hay que echarle un empujoncito, una acción efectiva, para que el rezo haga efecto.

Pienso además que se ha estado atemorizando por tantos años a la población para poder controlarla o a través de la confusión, o a través del miedo mismo, que ya no se sahora se sabe en qué creer. Ahora pasa que se cree en todo, porque ya no hay mucho que perder tampoco. El mundo se está cayendo a pedazos, en parte gracias a nuestra culpa como parásitos de este planeta, y en parte porque es un asunto cíclico del cosmos. Ya no queda mucho de qué agarrarse. Podemos agarrarnos de lo que sea entonces, de lo que quede en pie. Incluso de las creencias que sigan en pie. Hay mucha gente que piensa que si enciende un incienso, espantará a los malos espíritus. En vez de obrar mejor para cosechar buenas situaciones, se encomiendan a una varilla que expele olor para que las cosas anden bien. Y hay personas que ponen gatos que mueven la pata en las entradas de sus negocios, para atraer clientela. Y otros ponen elefantes, o budas, o pirámides, para atraer la buena fortuna. Pero nadie lee, nadie cultiva lo más preciado que poseemos: nuestra mente. Esa que hace que un gato de plástico atraiga clientes, y los elefantes te den prosperidad. El mundo se cae a pedazos, y todos continúan con su tren vacío de vida. Nadie es capaz de bajarse de la máquina. Nadie sabe cómo hacerlo tampoco, nos han aleccionado bastante bien para no poder hacerlo. Somos parásitos, educados para serlo. Creemos que abrimos la mente, que nos damos cuenta de las cosas, y la prueba de ello es que adoptmos costumbres de culturas lejanas, que están tan mal como nosotros, y hacemos lo que ellos hacen, como andar prendiendo inciensos. Porque en una aldea global, se estila adoptar costumbres lejanas. Aunque uno no entienda bien, o entienda mal el porqué. Porque así actúa la gente abierta de mente....

No me cae nada de bien lo que se viene. No creo que tomarnos de las manos como una sola humanidad, nos va a hacer más humanos. No creo que una causa común nos llegue a unir. No creo que los intereses creados se vayan a acabar. Siempre habrá alguien que querrá sacar provecho de las situaciones, del tipo que fueren. No creo que leer el tarot nos sacará de nuestras dificultades. Ese 5% de la población que posee el poder financiero, es la parte que manda al resto. Es a ellos a los que hay que sacar de sus errores, para que el resto de nosotros podamos progresar. Y eso no se va a lograr twitteándolo o colocando “Ya no me gusta”.

Por más que hagamos tai chi, se seguirá usando detergente para lavar la ropa. Y por más que defendamos los derechos de los animales y nos volvamos vegetarianos, a las mujeres se les seguirá dando menos remuneración, por el hecho de no ser hombres. No me puedo imaginar una humanidad más madura, que genere menos basura, que invente nuevas formas de intercambio comercial, y que le importe un pepino la orientación sexual del de al lado. Que respete el lugar en la fila, que trate al lujo y la ostentación como la estupidez infradotada que es, y que piense que los inmigrantes se hacen cargo de todos aquellos trabajos ingratos y necesarios que el ciudadano común jamás haría y que por lo tanto son un verdadero aporte para la sociedad. Que deje de ver el noticiario por que es demasiado morboso y nadie que se quiera debiera contaminarse con esas porquerías. Que deje de echarse químicos y transgénicos a la boca y comience a cultivar aunque sea en las terrazas de los edificios. Que aproveche la energía que se puede obtener del mar, del sol, del viento, de la basura orgánica y de los desechos animales.

Que deje de escuchar música mal hecha y cuyas letras hablan cosas que atentan contra la integridad de otros.......Ufffff, tantas cosas que podrían ser y que no me imagino que puedan llegar a suceder, al menos no antes de un par de décadas. Puede ser que un milagro suceda, y si la reencarnación existe, se viene una tanda de seres humanos que han aprendido de sus errores pasados, y podrán hacer de este planeta un lugar más agradable de compartir.


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